Yerba mate (Sudamericana)
La solitaria Luna quería bajar a la Tierra para poder pisar las verdes praderas y descender las colinas hasta llegar al mar. Como se sentía presa en el espacio lloró lágrimas de plata, provocando la piedad de las nubes. Estas decidieron formar un telón para dejar la noche más oscura que la boca de un lobo y así, la Luna, podría bajar sin que nadie se diese cuenta.
Voló y tocó las colinas llenas de flores y perfumes. Cuando llegó al río se vio su redonda y pálida carita reflejada en las aguas; la traviesa, se dio un baño. Pero apareció un jaguar, que al verla, creyó que era una tortilla de maíz y se avalanzó sobre ella. El cuchillo de un cazador evitó el ataque y acogió en su casa a la Luna, dándole de comer la última mazorca de maíz de su cosecha.
La Luna regresó a su puesto apenada por la precaria situación de sus salvadores, derramando de nuevo lágrimas de plata. Al amanecer, éstas habían germinado y creado unos arbustos desconocidos en la puerta de sus amigos. Como éstos tenían mucho hambre cogieron las hojas e hicieron una infusión que les hizo sentirse más animados. El arbusto se desarrolló por todas partes haciéndose famoso y conociéndose como yerba mate.
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