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Mostrando entradas de septiembre, 2018

La Casa Embrujada (Costa Rica)

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Esta mansión en Tacares de Grecia, llama la atención de todos los viajeros por su suntuosidad y abandono. Los lugareños tampoco pueden dejar de admirarla, pero por otro importante motivo, ellos aseguran que en esta casa asustan. Al indagar con los vecinos, me contaron que perteneció a un señor muy adinerado, que en su tiempo, fue conocido como: “Chancho de Oro”. Según la leyenda, en la parte superior de la casa vivía don Chancho con su señora esposa, mientras que en el primer piso del inmueble, vivía una hermosa joven. Algunos caminantes reportan haber visto, en la casa desocupada, el fantasma de una niña, que mostrando un rostro angustiado, se asoma por la ventana del segundo piso, viste a la antigua con encajes y con trenzas, una versión asegura que se trata del espíritu de una niña, cuyo nacimiento se mantuvo en secreto, padeciendo de una extraña y grave enfermedad, vivió enclaustrada, después falleció y fue enterrada en la misma propiedad. Según dicen, don Chancho tenia casa

La Monja del Vaso (Costa Rica)

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La Monja del Vaso con Agua, llamada simplemente la Monja del Vaso o también, la Monja del San Juan de Dios, es un fantasma legendario del folclor costarricense, según la leyenda hace visitas a los enfermos graves, del Hospital San Juan de Dios de San José, el más antiguo del país, atendido en el pasado por religiosas de la Orden Hermanas de la Caridad. Estas vestían de blanco y usaban una toca en forma de barco de papel. La leyenda describe que el fantasma de la monja del vaso, se caracteriza por llevar en la mano un vaso con agua, ya que se cuenta que se trata del alma en pena de una religiosa que, en vida, negó este último deseo a un moribundo, razón por la cual quedó maldita y su espectro, desde entonces, se pasea por las noches por los pasillos del viejo hospital, ofreciendo a los pacientes más vulnerables, el vaso de agua que en vida les negó. La leyenda cuenta que aquellos que beben del vaso, sanan milagrosamente, mientras que otras versiones dicen que, ante el miedo que la ap

Canjillones del Pito (Costa Rica)

En tiempos muy remotos, cuando los españoles no habían llegado todavía a estas tierras, los indios que subían de la costa de los Quepos a las serranías de Dota por la larga loma del Pito sólo podían hacerlo ensartados en filas de diez a veinte, bien amarrados con bejuco real y el encanto los llevaba cuesta arriba sin ningún trabajo para ellos. Pero también, cada vez, desaparecía uno sin que los demás se pudieran dar cuenta de cuándo ni cómo; y este era el modo como se pagaba la temida subida. Esta gran calamidad duraba desde muchísimos años, y el camino del Pito se hacía cada vez más hondo y más angosto por el modo que tenían de recorrerlo siempre asi en largas sartas, cuando un padre misionero muy santo salió de Cartago montado en una bonita muía, yendo a la conquista de los indios. Y al bajar por el Pito encontró el Encanto que había tomado la forma de un chompipe y que no quería quitarse del camino. Entonces el padre muy bravo bajó de su muía y amarró el chompipe con su cordón be

Duendes (Costa Rica)

No hay una sola persona que no haya escuchado hablar sobre los duendes. De esas pequeñas criaturas con las que las madres amedrentan a los niños: “Te van a llevar los duendes”. Cuando era pequeño me daba miedo de encontrarme con ellos. Los duendes son unos pequeños hombres en miniatura que miden como medio metro de altura, usan boina grande y visten lujosamente, con trajes de colores. La mayor parte del tiempo andan juntos. Andan por los potreros, cafetales y caminos solitarios, no les importa si es noche o de día con tal de andar vagabundos. Al visitar una casa se hacen invisibles, molestan demasiado, echando cochinadas en las comidas, tiran lo que se encuentre en sus manos. Pero lo que más persiguen es a los niños de corta edad, los engañan con confites y juguetes bonitos; así se los llevan de sus casas para perderlos. Si el niño no quiere irse, se lo llevan a la fuerza; aunque llore o grite. Una vez un señor, quién me merece todo respeto, contó que una noche, cuando él iba a ca

Duendes del bacín (Costa Rica)

En el amplio galerón que rodea el patio de la casa, las viejecitas están desgranando maíz, arrepolladas en el suelo, con las piernas cruzadas, con los guacales en sus regazos, alrededor de una pirámide blanca de mazorcas blancas y amarillas, van desgranando el duro grano. Como la tarea habitual no les coge el pensamiento, éste se a da a vagar en mil un temas: recuerdos de los tiempos idos, noticias del vecindario, crónicas de las fiestas religiosas, cuentos de fantasmas y cosas “del otro mundo”. Recojamos este relato que se dejó en la memoria: lo narraba Ña Rafela, la viejecita rechoncha y tuerta, la mejor desgranadora de maíz y la mejor rezadora del vecindario. “Los duendes son unos chiquitos barbudos; tienen orejas puntiagudas como las de los perros: sus “paticas” son como las de los gallos, así se ven sus huellas… yo las vi muchas veces de chiquilla, en los playones de arena del Río Virilla, cuando me criaba en las haciendas de la Caja. Salen por la tarde y pierden a los niños,

Los Muerras (Costa Rica)

Según la leyenda, los Muerras mataban a los hombres y se llevaban a las mujeres y a los chiquillos. Que una hermosísima de esas indias, pudo escaparse de la isla sagrada y les contó: me tenían en un heptágono en cuyos lados hay siete figuras de diferentes ídolos a los cuales les ponen el corazón de humanos sacrificados, entre las garras de sus dientes. Para llegar a ese altar hay que subir más de mil gradas, por las cuales arrastraban de los pies a las víctimas, que con los repetidos golpes en la cabeza bañaban con su sangre la escalinata. Que ella, con muchas “xícalli” de las bebidas sagradas, una noche se echó a nado desde la isla, y que siguiendo al Sur, por la costa del Lago, llegó a Upala, en donde por casualidad estaba su novio alistando guerreros para pelear con los Muerras. Pero que después de cinco lunas de terrible desesperación, como estaba idiotizada por las supercherías de los Nahuatis y por los sacrificios humanos que le ofrecían al adorarla, no pudo resistir al afligido

Mujeres y varones encantados (Costa Rica)

En el río Machuca, hace unos años yo iba a camaronear con carburas y era usual que se aparecieran mujeres vagas o brujas. Yo he visto más de una mujer sentada en una piedra, vestida de blanco y peinándose el cabello. En una quebrada ubicada en Sardinal de Puntarenas, como a las cinco de la mañana vi a una mujer de cabello largo haciéndose colochos. Estaba vestida toda de blanco y con la pierna cruzada; era una mujer lindísima de cabello claro (una machota), hermosa, parecía una muñeca Barbie. Traté de acercarme a ella y estando muy cerca, ella se levantó y comenzó a caminar, pero veo que no iba caminando, ella iba volando, en el aire. Se desplazaba a favor de la corriente de agua. También vi otra mujer en el estero de Mata Limón. Me encontraba pescando, eran como las dos de la madrugada, y de pronto me salió del agua una mujer de vestido blanco. El estero estaba seco entonces ella salió por el playón. Me quede viendo el playón y como era de noche, la arena se ve bien, así como las

Orontes (Costa Rica)

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Había estrado ya la estación seca. En la finca de Mastate del cantón de Orotina, se reunían a veces los Domingos por las tardes varios buenos vecinos. En las noches de luna llena acostumbraban jugar naipe español en el patio de mi casa, donde las ranas de los árboles de jícara proyectaban figuras fantásticas en el suelo. Entonces, don Santos Siles el curandero del lugar narraba uno de sus cuentos o leyendas; “Fíjense en aquel fogonazo” señalaba hacia un piñolar vecino; esa es la luz vigilante del indio Orontes. Hace mucho tiempo vivía por estos andurriales un rey de los indios Huetares del occidente que llamaban el cacique Orontes que era muy ágil y fuerte que se distinguía por valiente y mañoso. En su corte tenía varias mujeres a su servicio y los indios lo respetaban y temían como si fuera un dios. Solía entrar decidido a la lucha con leones, leopardos y tigres saliendo siempre victorioso. En aquel tiempo en casi todas las quebradas hasta el río Machuca las aguas arrastraban

Rincón de la Vieja (Costa Rica)

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Esta es una encantadora leyenda que explica el origen del nombre del volcán Rincón de la Vieja. La princesa Curabanda se enamoró de Mixcoac, jefe de una tribú enemiga vecina. Cuando su padre, Curabande, se dió cuenta de la relación, capturó a Mixcoac y lo lanzó dentro del crater del volcán. Curabanda se fue a vivir a un lado del volcán y dió a luz un hijo. Para permitir que el hijo estuviera con su padre, ella también lo lanzó dentro del volcán. Por el resto der su vida, Curubanda vivió cerca del volcán y llegó a ser una poderosa curandera. La gente se refería a su casa como el “Rincón de le Vieja”. Desde entonces el volcán lleva ese nombre.

Tazo y la fiesta embrujada (Costa Rica)

En San Mateo había un hombre que se lucia muchísimo llamado Tazo Jiménez. Siempre le gustaba tener las mejores bestias del sector y vestía bien al animal. Un domingo para salir le ponía la mejor montura, con barbas, ¡una belleza!, con la trenza y todo. La cuestión es que le gustaba tomarse sus traguitos, era parrandero. Una noche venia borrachitico sobre el caballo y había un pedrón a la orilla de la calle (por el río José María). Se encuentra cuatro mujeres y arriba se ven unas luces. El hombre se queda viendo y dice: “Diay muñecas, ¿qué hacen ahí a estas horas?”. Y dice una de las mujeres: “¡Ay, mirá lo que nos hacía falta, un hombre bonito!”, y lo hicieron bajado del caballo. Las mujeres le dicen a Tazo: “¡Vamos, entremos al baile! Nos hacía falta un hombre para bailar. En el salón hay comida y bebida”. La cuestión es que se baja Tazo del caballo y lo jala de la rienda y las mujeres le dicen que lo amarre en un horcón. – Por aquí está el camino con ‑ores y todo; deje aquí el

Una historia de duendes (Costa Rica)

Existen muchas historias de espanto relacionadas con las pozas y ríos encantados. Así, por ejemplo, sé de la aparición de duendes y mujeres vagas encantadas o encantadoras que se les aparecen a los hombres cuando se encuentran cerca de pozas o en el mar. Se dice que los duendes son ángeles que cayeron del cielo cuando aquella famosa guerra del arcángel San Miguel contra el hombre ese (Lucifer); y entonces, aparentemente, fueron expulsados del Reino de los Cielos y ellos cayeron aquí, y en el aire quedaron. Otros dicen que son los rayos y los truenos. Los duendes se aparecen en los ríos. Son hombres de pequeña estatura, con barba y visten de colores llamativos. Lo que hacen los duendes es llevarse a cualquiera, lo que les gusta es perder a la gente. En los ríos es donde viven ellos y generalmente aparecen en lugares frecuentados por la gente, por ejemplo, en las pozas. Cuando una persona se acerca y anda sola, podría ser víctima de un duende. Cuando se llevan a los chiquitos, lo hace

Una historia jamás contada (Costa Rica)

Todo comenzó una soleada mañana del verano de 1910. Zoila Rosa, hermosa y acaudalada viuda vecina de San Rafael de Escazú, salió al balcón de su amplia casa para observar el paso de las bestias durante un polvoriento arreo de ganado; sus bellos ojos se posaron en la figura de un diestro jinete de ronca voz y varonil estampa. El apuesto jinete, de nombre José María, viudo también, comerciaba ganado y era dueño de carnicerías en Heredia; se dirigía a San Rafael a negociar con los carniceros de la zona. El flechazo de Cupido fue certero, -¡inmediato!-. No pasó mucho tiempo antes de que las campanas de boda, repicaran -¡hasta más no poder!- en la blanca iglesita del lugar. El frío de las navidades de 1911 obsequió a la feliz pareja un hermoso varoncito. Fue en la pila de bautismo donde el niño lloró con rabia -no por la fría agua bautismal- sino por el nombre que le encajaron: Anatolio Donato del Carmen. ¡Con justificada razón gritaba el niño ante tan brutal atropello! Con escas

La Tule (Costa Rica)

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Hace muchos años me dirigía a mi casa, en San Mateo, después de terminar el baile en el salón del pueblo. Eran como las diez de la noche. La calle estaba solitaria y caminaba presuroso para no llegar tan tarde a la casa. Mientras caminaba, se me apareció un pequeño tronco en medio de la calle, con un tamaño aproximado de metro y medio de largo. El hecho me sorprendió, dado que su aparición fue inesperada. Del tronco hueco se escuchaba un ruido extraño. Traté de ignorar su presencia, pero lo más inexplicable fue que al continuar con la marcha, el tronco comenzó a rodar, como si estuviera persiguiéndome. Me sentí muy mal. Sentía, que me perseguía algo sobrenatural. Tanto era el miedo que tenía que, imaginaba que en mi espalda había una cosa rara. Caminaba cada vez más rápido, pero el tronco seguía ahí. Desde el lugar de su aparición hasta mi casa había una distancia aproximada de 900 metros. Durante todo este trayecto, el tronco siguió rodando conforme yo avanzaba en el cami

El Dorado (Sudamericana)

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Esta historia comienza en la ciudad de Guatavita, muy cerca de la actual. Es la historia de un cacique cuya mujer fue sorprendida en adulterio y por esto, condenada al peor de los suplicios: día y noche era perseguida por un grupo de indios que cantaban coplas relatando su delito con todos los detalles. No paraban de atormentarla. La desesperación y la culpa hicieron que se lanzase a una laguna, donde murió ahogada junto a su pequeña hija. Tras los sucesos, el cacique se llenó de remordimientos y quiso expiar la muerte de su esposa pidiendo consejo a los sacerdotes de confianza. Éstos le dijeron que su mujer vivía todavía y que habitaba en un hermoso palacio situado en el fondo de la laguna; que su alma estaría salvada si le ofrecía todo el oro del mundo. Así lo hizo durante varias veces al año. Los indios portaban las ofrendas y las lanzaban al agua, siempre de espaldas, mientras el cacique se desnudaba y cubría su cuerpo de un pegamento natural. Se rociaba con oro en polvo, lueg

Huampi (Sudamericana)

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El gobernador de varias tribus era un feroz cazador que no apreciaba a los animales, no respetaba las crías ni a las hembras preñadas, y por su culpa la zona se iba despoblando, quedando empobrecida la fauna del lugar. Una mañana fue a cazar y se encontró por los caminos a Llastay, dios protector de las Aves. Este estaba muy enfadado por el afán desmesurado del gobernador de asesinar sin control ni piedad a sus criaturas y, sobre todo, por la falta de respeto hacia lo que la Madre Tierra proporciona para beneficio de todos los mortales. El dios le avisó de un gran castigo si mantenía su actitud destructora. El cazador se asustó con dicha amenaza pero al poco tiempo reincidió. Así, la Madre Tierra se transformó en persona y le habló para decirle que si seguía matando le castigaría con la escasez, tanto de alimentos para comer, como de pieles para protegerse de los rigores invernales. Cuando desapareció la Madre Tierra, un fuerte huracán llamado Huampi se levantó en todos los domini

Fura Tena (Sudamericana)

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Pese al entusiasmo de haber creado el mundo, el dios Are notaba que algo faltaba en su creación. Junto al río vio unos juncos y, de forma descuidada, tomó uno y creó una figura tan bella que la llamó Fura (mujer). Intentó repetirla con otro junco más grande del que le salió Tena (hombre). Al toser sobre las figuras éstas cobraron vida convirtiéndose en una hermosa pareja humana. Are les anunció que su vida sería feliz, que no conocerían dolor, ni enfermedad, ni muerte… si le respetaban y le eran siempre fieles. Así, la pareja vivía en un precioso valle en la felicidad más absoluta. Pero un fatídico día apareció un bellísimo joven llamado Zerbi. Este buscaba una joya muy extraña y singular, que proporcionaba la eterna juventud, belleza y felicidad. Éste pidió a Fura que le ayudara en la búsqueda y ella accedió. Anduvieron buscando muchos años pero no tuvieron éxito. Durante este tiempo, Fura se sintió atraída hacia Zerbi, a quien sedujo. Así, quedó desobedecido el mandato divino de f

Una fiesta de altura (Sudamericana)

Se iba a celebrar una fiesta de animales en el cielo para lo que el sapo adiestraba su voz y preparaba sus melodías. Se encontró con un buitre, a quien le comentó que lo habían invitado para amenizar la velada con su croar. El buitre, receloso, e dijo que él también estaba invitado para lo mismo. Al día siguiente, el buitre se limpiaba sus negras plumas preparándose para la fiesta y estuvo templando su guitarra toda la noche. Se encontraron de nuevo y el sapo le dijo que él salía antes hacia el cielo porque caminaba muy lento, pero en un descuido, el sapo se metió en la guitarra del buitre. Cuando el ave llegó al cielo, el resto de animales le preguntaron por el sapo, a lo que respondió que no creía que le fuera posible llegar pues su salto no alcanzaba el cielo. Le preguntaron por qué no lo había traído, a lo que respondió que no le gustaba cargar piedras. Abandonó la guitarra un momento y el sapo aprovechó para salir de su escondite y aparecer ante los invitados. Lo recibieron aso

Dioses de la luz (Sudamericana)

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Antes del fuego los mapuches vivían en cavernas, siempre atemorizados ante el peligro de erupciones volcánicas y de seísmos. Tenían que comer los alimentos crudos y para abrigarse se apiñaban con los animales domésticos. Sus divinidades y demonios eran luminosos, como el podero¬so Cheruve (dios de las Lavas). El Sol y la Luna eran dioses buenos, portadores de vida y los ancestros vivían en la bóveda celeste nocturna, en la que cada abuelo era una estrella. En una gruta vivía la familia de Caleu, un indio que vio en el cielo una enorme y luminosa estrella con una gran cola dorada; no se lo comentó a nadie pues no sabía interpretar su significado. Pero el resto de los indios no tardó en verla. Como llegaba el fin del verano, las mujeres (su mujer y su hija) treparon la montaña para buscar frutos en el bosque con los que alimentarse en otoño. Allí se les hizo de noche y se escondieron en una gruta, descubriendo la estrella con la cola dorada. La tierra comenzó a temblar y, con ella

Lamparitas del bosque (Sudamericana)

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Dentro del volcán vivía un mago atormentado por su propia maldad porque todos le temían y acusaban de sus desgracias a veces con razón y otras no. Cuando la noche estaba muy oscura bajaba de la cima dejando restos de fuego volcánico para orientarse en su vuelta, pues no tenía medida con la bebida. El paisaje se llenaba de pequeñas luminarias rojas. Cuando estaba borracho de chibcha, bebida alcohólica de manzana, se deprimía y preguntaba por el motivo de su maldad. Se entristecía y se ponía a llorar sin consuelo. Arrastrándose por las cuestas, llegaba a casa sin acordarse de apagar las lamparitas rojas que adornaban las laderas en las noches de los períodos de sequía. Pero llegó una época de lluvias más larga de lo normal, lo que enfureció al mago por no poder encender sus guías luminosas para bajar y beber la chibcha que el cuerpo le pedía. Enojado, arrojó piedras, cenizas y lava; enterró sus dedos en los sembra­dos de papas pudriendo la cosecha del año ante el horror de los indio

Los loros disfrazados (Sudamericana)

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Cuando aconteció el gran diluvio sólo se salvaron dos hermanos, un niño y una niña que se refugiaron en una montaña mágica que crecía según avanzaban las aguas, dejan­do una isla que nunca se cubría. Cuando todo el mundo estuvo cubierto, ellos se resguardaron en una cueva de la isla, pero en­seguida fueron conscientes que no tenían nada que comer. Durante varios días recorrieron el poco espacio que tenían y no encontraron nada que ingerir. Pero una tarde, al volver a la cueva, se sorprendieron al ver un mantel de hojas frescas con frutas, carnes, maíz y todos los alimentos que habían soñado durante todos estos duros días de hambre y desesperanza. A partir de ese día, se repetía el milagro y al despertar, encontraban los manjares sin saber de qué manera llegaban hasta allí. La curiosidad de los niños fue creciendo y un día se escondieron entre unos matorrales para conocer la identidad de quién les estaba alimentando y salvando de una muerte segura. Tras esperar unos momentos, apare

Yerba mate (Sudamericana)

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La solitaria Luna quería bajar a la Tierra para poder pisar las verdes praderas y descender las colinas hasta llegar al mar. Como se sentía presa en el espacio lloró lágrimas de plata, provocando la piedad de las nubes. Estas decidieron formar un telón para dejar la noche más oscura que la boca de un lobo y así, la Luna, podría bajar sin que nadie se diese cuenta. Voló y tocó las colinas llenas de flores y perfumes. Cuando llegó al río se vio su redonda y pálida carita reflejada en las aguas; la tra­viesa, se dio un baño. Pero apareció un jaguar, que al verla, creyó que era una tortilla de maíz y se avalanzó sobre ella. El cuchillo de un cazador evitó el ataque y acogió en su casa a la Luna, dándole de comer la última mazorca de maíz de su cosecha. La Luna regresó a su puesto apenada por la precaria situación de sus salvadores, derramando de nuevo lágrimas de plata. Al amanecer, éstas habían germinado y creado unos arbustos des­conocidos en la puerta de sus amigos. Como éstos tení

El origen del maiz (Sudamerica)

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Hubo una época en la que se padeció una sequía tan grande que los ríos se secaron, muriendo los peces por asfixia y las aves por la sed; y llegó la tan temida hambre. Los indios rogaban a Tupa que trajera la lluvia, pero el sol seguía abrasando la tierra. Dos guerreros, Avatí y Ne, conmovi­dos por el llanto de los niños entraron en acción. Un mago les aconsejó que no se olvidasen de que la intervención de Tupa era imprescindible y que él estaba en la tierra buscando a un hom­bre que quisiera dar su vida por los demás, para que de su cuer­po surgiera la planta que les diera de comer a todos, incluso en tiempo de sequía. Los dos guerreros convinieron que uno de ellos debía de quedar vivo para buscar un sitio donde enterrar a su amigo, para que de su cuerpo naciera la planta y así obtener la vida eterna por su sacrifi­cio. Los dos amigos buscaron y encontraron el lugar y el elegido para el sacrificio, fue Avatí. Así, Ne cavó la tierra y llorando lo enterró. Todos los días visitaba l

Thor y Midgar (Nórdica)

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Los dioses deseaban realizar una fiesta en la casa de Aeger, pero no podían conseguir la suficiente bebida ya que éste no disponía de un caldero lo suficientemente grande para preparar la cerveza. Pidió entonces a Thor que le buscara uno, pero nadie sabía dónde podría conseguirlo, entonces Tyr le dio la idea de trasladarse hasta el este del río Elivagar, cerca de las fronteras del cielo en don­de habitaba Hymer, su padre, que poseía una caldera de una milla de profundidad. Ante las dudas de Thor, Tyr decidió acompañarlo pa­ra ayudarlo en la empresa que habían de acometer. Entonces Thor tomó la apariencia de un muchacho y junto a Tyr viajaron hasta el palacio de Hymer. En cuanto llegaron, Tyr encon­tró a su abuela, una gigante de 900 pies, pero su madre que era una bella mujer les ofreció bebidas y les aconsejó que se escondieran bajo unas calderas, pues Hymer, su marido, era muy cruel con los ex­tranjeros. Cuando Hymer volvió de la pesca al anochecer, su mujer lo esta­ba esperand

Ragnarok (Nórdica)

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El fin del mundo o Ragnarok quiere decir “el destino de los dioses”. La llegada de Ragnarok estaría precedida por el in­vierno llamado Fimbulvetr, con inmensas nevadas, hielos y vientos gélidos en todas las direcciones. Después de tres inviernos seguidos, sin ningún verano de por medio, el sol no sería capaz de acabar con las heladas, el mundo estaría sumido en grandes batallas con los her­manos matándose entre sí. Los lobos que perseguían los carros del Sol y de la Luna por fin los alcanzarían y los devorarían, las estrellas se precipitarían del cielo y la tierra sufriría grandes temblores que provocarían el derrumbe de las montañas sobre Midgard. A continución, el relato del fin del mun­do describe otra serie de desgracias. El lobo Fenris se soltará de sus cadenas y abrirá su boca expulsando fuego hasta tocar el cielo y la tie­rra. Las aguas inundarán la tierra. La serpiente de Midgard se re­volverá con furor y saltará a la tierra, escupiendo veneno. Se rasgará el cielo y vendrán

Odin y Mimer (Nórdica)

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En el “canto de Vegtam”, se nos cuenta cómo Odín fue a ver a Hel, la profetisa, para pedirle que le mostrara la suerte de su hijo Balder, pidiendo también consejo a los manantiales. Algunos mitos hablan de que Odín deja su ojo en prenda a Mimer, otros rela­tan su conversación con la cabeza de Mimer. El nuevo Edda, tras haber dicho que la fuente de Mimer estaba situada bajo la raíz del árbol del mundo, Yggdrasil, que se extiende hacia Jotunheim, añade que la sabiduría y el espíritu están allí ocul­tos y que Odín un día fue a ver a Mimer y le pidió que le dejase be­ber del agua de la fuente. Consiguió beber, pero tuvo que dejar uno de sus ojos en prenda. Uno de los conocimientos que Odín consiguió fue la certeza de la llegada del Ragnarok, así la angustia de Frigg por la muerte de Bal­der en Odín se convirtió en resignación, era el conocimiento del re­greso del mundo de los muertos de su hijo cuando el mundo de los asios hubiese tocado a su fin. Con el ojo de Odín, el sol, se med

Nueve Mundos (Nórdico)

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Sgún la mitología nórdica, el mundo estaba dividido en nueve partes o los nueve mundos, en los que se encontra­ban todos los elementos animados e inanimados del universo. Estos nueve mundos eran: 1.  Muspellheim : El más elevado, allí residían los gigantes de fuego y los demonios ígneos. Surt, el demonio herrero de la desgracia era el más poderoso de esta parte del mundo, sería el que tendría que luchar contra el dios superviviente del Ragnarok. 2.  Nifleheim : El mundo más bajo, el del frío y de las tinieblas en medio del cual está la fuente Hvergelmer, donde habita la ser­piente Nidhug. 3.  Midgard o Mannaheim, también llamada “tierra media” : Es el reino de los hombres y especies vivientes, rodeado por un gran océano. Los dioses le dieron a Ask y a Embla, la primera pareja humana, este mundo para que lo habitaran y perpetuaran su especie. 4.  Asgard : Por encima de Midgard estaba el hogar de los dioses, dentro de él, existen varias mansiones de las cuales cada dios tie­ne