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Mostrando entradas de abril, 2018

Ilítia (Griega)

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Era la diosa que presidía los alumbramientos. Hija de Zeus y de Hera y hermana de Hebe (esposa de Heracles), Ares y Hefesto. Fiel criada de su madre era también la servidora de sus odios. Así trató de impedir el parto de Leto, para evitar el nacimiento de Apolo y Artemisa, o el de Alcmena, otro de los amores de Zeus y madre de Heracles (Hércules). Junto con Artemisa y Perséfone, a menudo se mostraba a Ilitía portando antorchas para sacar a los niños de la oscuridad hasta la luz. En ocasiones, los poetas hablan de las Ilitías, concibiéndolas como una pluralidad de genios que protegen los alumbramientos. En los altares griegos, pequeñas figuritas de terracota representaban a una inmortal niñera que cuidaba de los infantes divinos, personaje que puede estar relacionado con Ilitía.

Ifigenia (Griega)

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Ifigenia es una de las hijas del rey Agamenón y Clitemnestra. Su historia no fue desarrollada por Homero, pero sí por los trágicos posteriores como Eurípides, y aparece en las epopeyas cílcicas. Agamenón se había ganado la cólera de la diosa Artemisa, ya que su gente caza a uno de los venados sagrados de la diosa. Debido a esto, la flota aquea del rey que venía de luchar en Troya estaba detenida en Aulide sin poder partir. El adivino Calcante fue interogado para saber cómo apalcar a la diosa, y la respuesta fue que se debía sacrificar a Ifigenia en nombre de la diosa Artemisa, para que ésta los dejara partir. El rey al principio se negó, pero al no haber otra solución, consintió en hacer el sacrificio. Así, mandó a llamar a su hija que se encontraba en Micenas con su madre, con el pretexto de prometerla al héroe Aquiles. Cuando llegara, el adivino Calcante sería el encargado de inmolarla en nombre de la diosa encolerizada. Según cuenta la versión más conocida, cuando Ifigenia

Ícaro (Griega)

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Ícaro se conoce a veces como el inventor del trabajo en madera. Es hijo de Dédalo, genio de la antigüedad que le mostró a Ariadna cómo Teseo podía encontrar el camino en el laberinto de Minos, donde se encontraba el Minotauro (monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro). Con esta ayuda, Teseo fue capaz de matar al Minotauro, por lo que el rey Minos y padre del monstruo, muy molesto encerró a Dédalo con su hijo en el laberinto. Con la intensión de huir, Dédalo fabricó unas alas para él y su hijo. Las adhirió con cera a los hombros de Ícaro y luego en los suyos e iniciaron el vuelo que los llevaría a la libertad. El padre había advertido a su joven e imprudente hijo que no volara demasiado alto ni demasiado bajo. No obstante las advertencias de su padre, Ícaro fascinado por lo maravilloso del vuelo se elevó por lo aires desobedeciendo a Dédalo quien no pudo impedirlo. Además, Ícaro se sintió dueño del mundo y quiso ir más alto todavía. Se acercó demasiado al sol, y el calor q

Las Horas (Griega)

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Existen diferentes leyendas acerca de las Horas, algunas de las cuales son contradictorias. Se las considera hijas de Zeus y de Temis, la diosa de la Justicia divina, y personificaban tres estaciones del año, aunque luego pasaron ejercer este mismo papel pero en relación con las horas del día. Existen versiones que afirman que también representaban las diferentes temperaturas. Las Horas en su conjunto desarrollaban labores menores relacionadas en cierta medida con la fecundidad y la fertilidad, pero también tuvieron otras funciones como enganchar los caballos al carro del Sol, criar a Hera cuando era una niña, acompañar a Afrodita cuando apareció en el mar, pasear en el séquito de Dionisio, Pan o Perséfone y, sobre todo, disipar o reunir las nubes situadas en el Olimpo y custodiar su entrada. Las Horas eran tres: Irene, la paz; Diké, la justicia; y Eunomía, el orden. Sin embargo, los atenienses las llamaron, en un primer momento de la historia: Talo, tallo; Auxo, que referido a u

Hipólito (Griega)

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Su padre fue el héroe Teseo, y su madre, dependiendo de cada una de las versiones existentes: Hipólita, una amazona, Antíope o Melanipa. Cuando su padre se casó con Fedra, con quien tuvo dos hijos, Hipólito fue enviado a la región de Trecén donde le acogió hospitalariamente el rey Piteo que le nombró su heredero. Al joven le gustaba mucho la caza y la vida en naturaleza por lo que siempre estaba realizando ofrendas a Artemisa y despreciaba los amores femeninos, lo que enfadó a Afrodita. Entonces, para vengarse, Afrodita promovió en Fedra un apasionado amor por su hijastro Hipólito, de lo que éste tuvo conocimiento en una carta que ella le envió. Hipólito se dirigió a su encuentro para convencerla de que ese era un amor imposible y que no podía engañar a su padre, y cuando la rechazó, Fedra, perdida por el amor que sentía, se ahorcó, no sin antes dejar escrita una nota para su marido en la que acusaba a Hipólito de querer seducirla. Cuando Teseo descubrió lo sucedido pidió a Poseidó

Hipno (Griega)

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Hipno es la personificación del sueño y es hijo de Nicte, la noche, y Érebo, personificación de las tinieblas de los infiernos, ambos hijos del Caos. Es a su vez hermano gemelo de Tánatos, la Muerte. El nacimiento de Hipno está muy cerca del Génesis, según la mitología griega, puesto que la Noche y las Tinieblas (los que serían sus padres) son elementos primordiales. Hipno pertecece así a una familia de conceptos muy abstractos, diferenciados de las divinidades propiamente dichas a las que dio a luz Gea, hija también del Caos. Por lo tanto Hipno apenas ha pasado la fase de la pura abstracción. Según el autor, se hace de su hogar Lemnos, los mismos Infiernos, o en el país de los cimerios, donde Ovidio hace una detallada descripción de su palacio encantado donde todo duerme. A petición de Hera, Hipno durmió a Heracles para que la nave de éste fuese arrastrada, y a Zeus para permitir que Poseidón interviniese a favor de los griegos en la guerra de Troya. Con ayuda de su hermano

Himeneo (Griega)

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Era la divinidad de las bodas por lo que presidía todas las ceremonias nupciales. Himeneo era hijo de Apolo o Dionisio y de Afrodita o la musa Calíope, según las fuentes. Etimológicamente, la palabra himeneo significaba «cántico nupcial», antes de su conversión en dios. Posteriormente, el término ha sido utilizado como sinónimo de «boda», sobre todo en castellano antiguo. Cuando se celebraba una boda se entonaban diversos cánticos en los que se repetía a modo de estribillo su nombre («¡Himeneo!, ¡Himeneo!»). Al parecer estos cánticos son una tradición iniciada por un grupo de jóvenes en agradecimiento al dios porque las liberó de un ataque pirata. En las ceremonias que se ofrecían en su honor, se tenía la precaución de no sacar la hiél de las entrañas de los animales sacrificados, queriendo indicar a los esposos que deben controlar los insultos y lo más oscuro de sus pensamientos, puesto que todo ello rompe la paz del matrimonio y del hogar. Según algunos mitos, Himeneo fue resuc

Las Hespérides (Griega)

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Hespérides es el nombre que reciben las Ninfas del ocaso, quienes según Hesíodo son hijas de la noche, Nix. Sin embargo, posteriormente, se consideraron hijas de Zeus y Temis, de Forcis y Zeus, y por último de Atlas. La cantidad de las Hespérides varía, aunque lo más común es que se mencionen tres: Egle, Eritia y Hesperaretusa. Esta última es a veces tomada por dos hespérides distintas que se llaman respectivamente Hesperia y Aretusa. El lugar de residencia de estas divinidades es en el Occidente extremo al borde del Océano, no lejos de la isla de los Bienaventurados, aunque conforme se amplió el conocimiento del mundo, se ubicó el país de las Hespérides definitivamente al pie del monte Atlas. Las Hespérides se encargaban de cuidar y vigilar con la ayuda de un dragón —hijo de Forcis y Zeto, o de Tifón y Equidna— el sagrado Jardín de las Hespérides, donde crecían las manzanas de oro, regalo de Gea a Hera con ocasión de su boda con Zeus. Mientras cumplen su función, las Hespéride

Hero y Leandro (Griega)

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Hero fue una hermosa joven que vivía dedicada al cuidado de uno de los templos que Afrodita tenía en Grecia. Su belleza y encanto eran tan sublimes que incluso Apolo y Eros la deseaban para ellos. Sin embargo, Hero se había enamorado de un joven muchacho, llamado Leandro, que por allí pasaba de cuando en cuando a cortejarla y entretenerla con sus halagos. Leandro vivía cerca de la residencia de Hero, pero entre sus poblaciones se situaba un pequeño estrecho de mar, que había que superar en cada visita. Los padres de ambos jóvenes se opusieron a que ambos se casaran y un día hartos de sus encuentros que existían, les prohibieron terminantemente cualquier contacto. Los jóvenes no tuvieron más remedio que acceder ante sus padres a las peticiones que les hacían, pero idearon un plan para verse en secreto. Cada noche, Hero encendía una linterna en una ventana de su casa, y ésta servía de guía para que Leandro, en la orilla opuesta, cruzase con su barco o a nado el mar hasta alcanzar a

Hermafrodito (Griega)

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Hermafrodito era hijo de Hermes y Afrodita, y fue criado por las ninfas en el monte Ida de Frigia. A los 16 años dejó su lugar de nacimiento para viajar por Asia Menor hasta llegar a un importante pozo en el que vivía la ninfa Salmacis, que se enamoró de él. Hermafrodito no mostró ningún interés en ella e incluso la rechazó, aunque no renunció a bañarse en su pozo. Salmacis aprovechó la ocasión y se metió en el agua con él, abrazándole y rogando a los dioses para que quedasen unidos eternamente. Su deseo se hizo realidad y se fusionaron en una única criatura, hermafrodita, con órganos sexuales masculinos y femeninos. Hermafrodito, descontento con esta transformación, rogó a sus padres que a cualquier hombre que se sumergiese en el pozo de Salmacis le fuesen otorgados atributos femeninos como a él. Este deseo también se cumplió.

Helios (Griega)

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Helios era el dios del Sol hijo del titán Hi-perión, siendo él mismo uno de ellos. En una cuadriga fabulosa fabricada por He-festo con oro, plata y piedras preciosas, y tirada por cuatro caballos que escupían fuego, Helios viajaba por el cielo de este a oeste a diario. Al atardecer, descendía al Océano que rodeaba el mundo. Helios lo veía y lo oía todo desde su cuadriga, moti­vo por el que en la Antigüedad, los juramentos se hacían ante él. Otros dioses se beneficiaban a menudo de la sabiduría de Helios. Así, cuando Perséfone fue raptada por Hades, y cuando Afrodita engañó a su esposo Hefesto con Ares, todos ellos decidieron ir a consultarle lo que había ocurrido. A Afrodita no le gustaba la mediación de Helios y le hizo enamorarse perdidamente de Leucotoe, la princesa persa. Helios la visitaba cada noche con la aparien­cia de su madre. Después de revelar su identidad, hicieron el amor, lo que llegó a oídos del padre de la joven, gracias a que la oceánide Clitia, enamorada de Helio

Hestia (Griega)

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Hestia, la mayor de las tres hijas de los titanes Cronos y Rea, era la diosa del hogar y de la vida hogareña. Nunca se casó, dando gran importancia a la virginidad, la pureza y la limpieza. Su papel mitológico es menor, pero su función en la vida diaria no era insignificante. Las murallas de las ciudades griegas mantenían siempre una antorcha encendida, de la cual se tomaba el fuego para iluminar los hogares. Hestia era la patrona de esos hogares; cualquier nueva colonia que surgiese tomaba ramas de esa llama original para iluminar la nueva ciudad. Como diosa del hogar y la familia, Hestia apenas salía del Olimpo, y nunca se inmiscuía en las disputas de los dioses y los hombres, por lo que paradójicamente pocas veces aparece en los relatos mitológicos a pesar de ser una de las principales diosas de la religión griega y, posteriormente, romana. Muestra de esta importancia es el hecho de que Hestia era la primera a quien se le hacían las ofrendas en los banquetes, antes incluso que a