Sleipnir (Nórdica)
Según
la mitología nórdica, la pared que encerraba a Asgard fue destruida durante una
batalla entre los vanios y los asios, por lo que la residencia de los dioses
quedaba desprotegida ante un ataque de los gigantes. Cierto día un constructor
llamado Blast llegó a Asgard y se ofreció como constructor, pero a cambio se le
debía entregar a la diosa Freya, junto con el Sol y la Luna, los dioses
necesitaban ayuda para lograr la reconstrucción, pero los términos indicados
por el gigante eran abusivos. Sin embargo, ante los términos que propuso Loki
pensaron que conseguirían parte de la pared y no tenían que hacer frente a las
peticiones de Blast, así la pared debía ser construida en el término de tres
inviernos.
El
gigante aceptó el trato pero con la condición de que pudiera usar su semental,
Svadilfari, en la reconstrucción del muro. El trabajo procedió mucho más
rápidamente de lo que los dioses se habían imaginado y comenzaron a
preocuparse, Odín amenazó en matar a Loki si la pared era terminada dentro del
plazo asignado, por lo que éste pensó en privar al gigante de su caballo, así
tomó la forma de una yegua joven, para engañar al animal y llevarlo al bosque.
Cuando
Svadilfari volvió, su amo ya estaba demasiado retrasado como para terminar su
trabajo, además el constructor estaba tan enojado que reveló su forma verdadera
como uno de los peores enemigos de los asios, un gigante de roca. El dios
Thor, al darse cuenta, blandió su martillo, Mjollnir, y acabó con Blast. Meses
después, Loki volvió a Asgard en donde dio a luz a un caballo de ocho patas,
el cual regaló a Odín que le llamó Sleipnir. El caballo podía viajar por mar,
tierra y aire y era más veloz que cualquier hombre o especie.
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