Madre Tierra (Iberia)
Adorada en Tartessos y en el área ibérica mediterránea. Con raíces en el neolítico, figuraba entre las divinidades principales, gran diosa de la vida y de la muerte y de la fecundidad, señora de los animales y las plantas, polifacética y omnipresente.
Venerada también según múltiples hipóstasis egipcias, fenicias o griegas. Era para los fenicios Astarté y Tanit, Deméter o Ártemis para los griegos, divinidad de los espacios salvajes, que daba consejo a los elegidos a través de una cierva blanca. Podía traducir, en estos casos, la concepción de una diosa local más antigua.
Aparece en ambientes funerarios, uno de sus dominios más propios, ejerciendo de diosa de la inmortalidad, poder sobrenatural sobre la vida y la muerte y garante de la esperanza de sus seguidores de pasar con su protección del reino de la una a la otra; del triunfo de la vida allí donde los humanos la pierden. Aparece en las más ocasiones en esta faceta, entronizada en cajas para recoger los restos de una cremación, o en figuras de mayor porte, coronando tumbas tumulares, en actitud de recibir maternalmente en el más allá a los fallecidos.
También aparece asociada a animales y plantas que simbolizan su carácter de diosa nutricia, señora de los animales –Potnia Therón en griego-; a veces asociada a animales acuáticos, como divinidad universal y señora de cualquier medio, sujetando dos airosos patos. Como expresión de su gobierno en la tierra y en el cielo, aparece alada y asociada a un disco radiado de significado solar o astral. Unida a la tierra y a la vegetación, pero también al cielo y al mundo astral, el que rige los días y las noches, las estaciones, la alternancia del calor, la luz y la vida, y del frío, la oscuridad y la muerte. Disponía de animales servidores.
Resulta familiar entre los íberos, una o múltiple, sedente en un trono con respaldo alado, con un pichón en la mano izquierda. En el mundo tartésico desnuda y en posición frontal, con tres pares de alas desplegadas, sentada con las piernas abiertas –referencia a la maternidad- en una sillita de tijera y entre elementos vegetales, que sujeta con las manos, poblados de pájaros.
GA, GE, GI, MA, DA y TA son diferentes formas con las que estas gentes denominaban a la Madre Tierra, expresión más adecuada en las lenguas tartésica e ibérica.
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