Malinos (Asturiana)
Espíritus o diablillos invisibles del oriente asturiano como en Caso, que también se dejan sentir en sitios más céntricos como Gozón o Ules en Oviedo, que pueden adoptar aspecto de sombras u ocultarse entre ellas. Suelen aprovechar la digestión de las comidas para acomodarse en el interior de las personas, de ahí que se implantase bendecir los alimentos antes de comer, como gesto para espantar a estos perversos parásitos espectrales. Entre las consecuencias de una posesión de los malinos están el nerviosismo y la inestabilidad emocional, así como confusión y apatía, puesto que los malinos actúan de forma colectiva, juntándose cientos o miles de ellos a la vez con idea de causar el mayor daño posible. Atormentan a sus víctimas con otras dolencias y enfermedades como la locura o esquizofrenia (en un intento de matar a su víctima o de que se suicide), de las que no se libran hasta que son sometidos a un exorcismo que logra expulsarlos del cuerpo del poseído, viéndose débilmente como una especie de humo o vapor que sale del cuerpo. Su nombre, malino, es una variación al idioma asturiano de "maligno", indicando su carácter negativo y perverso. Se les relaciona con los diablecos del occidente asturiano.
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