La Atlántida (Ibera)
Esta reseña, no es exactamente mitológica ni sobre una deidad en particular, aunque es un asunto que se engloba comúnmente dentro de lo mitológico. En todo caso menciona a dioses y titanes y tiene mucho que ver con Iberia. Mi opinión es que “La Atlántida”, rinde cuentas de unas realidades prehistóricas, que comenzarían con los pueblos megalíticos en Iberia, Italia, Francia e Islas Británicas, la cultura del vaso campaniforme propagada desde Iberia a Europa, los intercambios minoicos y micénicos con Iberia, El Argar de Almería (primera cultura urbana de Occidente) y finalmente el bronce inicial con foco en Huelva, Portugal y Galicia. El célebre Indalo almeriense, no es otra cosa que un señor sujetando la bóveda celeste: Atlas (sigue siendo mi opinión); tal simbolismo se puede deber a que aquella civilización conocía los secretos de la astronomía, la sujeción era pues, en el sentido del conocimiento. La parte de la descripción platónica que más me cuesta creer literalmente es la referida a una isla de gran extensión, que podría llegar casi hasta Canarias. La geología no parece haber desvelado tal cosa, aunque una pequeña isla o península acrópolis, en la boca del estrecho, hundida tras un terremoto, sí me parece del todo plausible; de modo que el resto de los dominios atlantes, serían todo o parte de Iberia, Marruecos y las islas de Macaronesia.
Las primeras referencias a La Atlántida aparecen en los textos del filósofo griego Platón, según los cuales tendría su origen en torno a 9.580 a.C. y su fin alrededor de 1.550 a.C., al quedar sepultada bajo el océano como consecuencia de un terremoto. Estaría situada tras los Pilares de Hércules (nombre antiguo del Estrecho de Gibraltar).
Platón habla de ella únicamente en dos de sus diálogos (“Timeo” y “Critias”). En estas historias, Critias (360 a.C.) describe los orígenes y la forma de la Atlántida a Sócrates y sus invitados, aporta una breve historia de las antiguas civilizaciones, mencionando a La Atlántida y sus relaciones exteriores. A Critias le llega la historia a través del legislador ateniense Solón, a quien a su vez, Sonchis, un sacerdote de Tebas (Egipto) se la había traducido al griego durante una visita de Solón a Sais.
Los antiguos dioses griegos dividieron La Tierra de forma que cada dios pudiera tener una parte, eligiendo Poseidón la Atlántida. Esta, era más poderosa que Libia y Asia Menor juntas y tras ser hundida por un terremoto se convirtió en un banco de barro que impedía el paso entre el Atlántico y el Mediterráneo. Según los egipcios, se trataría de una isla o península con unas dimensiones similares a Iberia, compuesta principalmente de montañas al norte y otras que llegaban hasta la costa, con una gran llanura de forma oblonga en el suroeste. A 50 estadios (unidad de medida griega, aproximadamente unos 10 km) desde el centro de la costa hacia el norte había una montaña no muy alta donde vivía una mujer de la que Poseidón se enamoró, y con la que tuvo cinco pares de gemelos. El más viejo de ellos, Atlas, se convirtió en rey de toda la Atlántida y del piélago o brazo de mar(llamado ahora Atlántico), y se le dieron la montaña donde nació y las regiones limítrofes como feudo. Su hermano gemelo, Gadeiros (o Eumelos) obtuvo la parte de la isla o península que llegaba hasta las Columnas de Hércules, la región de Gadeira (Gades, la antigua Cádiz). Las otras cuatro parejas de gemelos (Amphêres y Eudaimon, Mneseas y Autochthon, Elasippos y Mestor, y Azaes y Diaprêpes) obtuvieron las restantes regiones que además incluían las diversas islas que rodeaban aquel piélago o brazo de mar.
Poseidón horadó la montaña donde vivía su amada hasta convertirla en un palacio, rodeado por tres fosos circulares concéntricos, separados por dos anillos de tierra. Los atlantes construyeron luego puentes al norte de la montaña, creando un camino para comunicarse con el resto de la isla. También cavaron un gran canal hacia el mar, así como túneles en los anillos de roca a lo largo de los puentes para que los barcos pudieran entrar en la ciudad en torno a la montaña y construyeron sus muelles excavados en las paredes de roca de los fosos y también acueductos sobre puentes. Cada viaje hacia la ciudad era vigilado desde puertas y torres, y cada anillo estaba rodeado por un muro; uno recubierto de latón, otro de estaño y el tercero de oricalco. Algunos edificios estaban hechos de rocas rojas, blancas y negras extraídas de los fosos.
Cuando los atlantes habían alcanzado su máximo poderío y un nivel similar a las grandes ciudades-estado de finales de la Edad del Bronce, se inició una guerra entre aquellos que vivían sobre los Pilares de Hércules y las gentes del interior del Mediterráneo. Los atlantes se expandieron por todo el Mediterráneo hasta llegar a Egipto y Etruria, sometiendo a muchos pueblos a la esclavitud. Los atenienses crearon una alianza de resistencia frente al imperio atlante; tras desintegrarse esta, continuaron solos, logrando liberar las tierras ocupadas. Tras la victoria griega (aquea), unos terremotos de gran intensidad y una gran inundación (posiblemente un tsunami) hicieron que la ciudad principal o isla-acrópolis del imperio atlante desapareciera bajo el mar (1.550 a.C. aprox.); la cual estaría ubicada justo en la boca misma del Estrecho de Gibraltar (entre Cabo Trafalgar y Cabo Spartel), donde se hallaba un delta y la capital del imperio atlante.
Platón usa la expresión griega “Alêthinon Logon”, que en aquellos tiempos se usaba para denominar a una “Historia Verdadera”, en contraposición al Mithos (mito) o cuento fabulado. Para su discípulo Aristóteles se trataba de una utopía alegórica, lo que constituye una excepción, pues la lista de discípulos directos e indirectos de la Academia fundada por Platón (que duró casi 900 años) que creyó que la historia era verdadera, o sea, una “Alêthinon Logon” y no un “Mithos”, alcanza a la mayoría.
La desaparición de la Atlántida está relacionada con el mito del Diluvio, ambos fenómenos son fruto de la crecida de las aguas por el fin de la glaciación.
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