Urano (Griega)
Sin
la intervención de una criatura masculina, Gaya, la tierra creada de Caos, el
mundo primitivo, produjo a Urano, el cielo. Los titanes, los gigantes que
reinaban en el mundo antes de que los dioses del Olimpo liderados por Zeus
consiguieran el poder, fueron el resultado de la unión de Urano y su madre. Los
cíclopes y los gigantes de 100 brazos también descendían de Urano y Gaya. Urano
fue un padre y un marido cruel. Inmediantamente después de su nacimiento
introdujo de nuevo a los cíclopes y a los gigantes en el útero de su madre,
causándole a Gaya un enorme dolor. Gaya no lo pudo soportar y fabricó una hoz
de piedra afilada con la que pidió a sus hijos que le diesen una lección a su
padre. Cronos, el más joven y hábil de los titanes, fue el único que se atrevió
a ayudar a su madre, tendiéndole a su padre una emboscada, tumbado con la hoz
mientras esperaba a que Urano yaciese junto a su esposa Gaya. Entonces le cortó
los testículos y los arrojó al mar. De las gotas de sangre que cayeron sobre
Gaya brotaron los gigantes, las Erinias y las ninfas de Melos. Los testículos
continuaron a la deriva hasta Citera o Chipre y allí emergió Afrodita, la diosa
del amor, envuelta en la niebla.
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