Temis (Griega)
Nació
de la unión entre Urano y Gea y, a su vez, fue madre de las parcas y de las
estaciones. Vivió casi siempre en la tierra, pero durante la Edad de Hierro,
llena del espanto que le causaron los grandes crímenes que se cometían, se
trasladó al cielo donde ocupó el lugar del zodiaco llamado Virgo. Astrea, una
de sus hijas, se confunde muchas veces con la propia Temis, pero juntas forman
una sola y única divinidad. También fueron hijas suyas Irene y Diké, dos de las
Horas. Diké también está relacionada con la representación de la divinidad de
la Justicia.
Temis,
la del ‘buen consejo’, era la encarnación del orden divino, las leyes y las
costumbres. Cuando se le hace caso omiso, Némesis trae el justo y colérico
castigo. Temis no era colérica: ella, ‘la de preciosas mejillas’, fue la
primera en ofrecer a Hera una copa cuando volvió al Olimpo afligida por las
amenazas de Zeus. Temis presidía la correcta relación entre hombre y mujer, la
base de la familia legítima y ordenada, y la familia era el pilar del dimos.
Los jueces eran a menudo llamados ‘sirvientes de Temis’. Tal era la base del
orden en el Olimpo también. Hera se dirigía a ella como ‘Señora Temis’. Temis
era la diosa de la Justicia divina, cumplidora de los dictámenes de los dioses.
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