Trasgu (Asturiana)
Uno de los personajes más conocidos tanto en la mitología asturiana como en el resto del país, cuya lista de sobrenombres es extensa: Gorro Colorau, Trasno, Cornín, Papudo (en Tineo), Pisadiel de la Mano Furada (en Navia), Meque (en Laviana), Reveyeco (en Grandas de Salime) y Xuan dos Camíos (en el occidente), entre otros. Es un duende de personalidad traviesa y juguetona, de espíritu inquieto y simpático, que no suele superar los 80 cm. de alto. Tiene la piel negra u oscura, con unas grandes uñas en las manos, una boca descomunal, nariz aplastada, ojos brillantes y pequeños, cuernos y rabo; es muy delgado y cojitranco, pero se mueve con rapidez asombrosa y suele dar grandes saltos, su rostro tiene casi siempre una expresión burlona, salvo que se le moleste y se enfade. Viste blusón y gorro, siempre de color rojo o encarnado. Su rasgo más característico es que la palma de su mano izquierda está perfectamente agujereada.
Vive en las casas y es sumamente travieso, llegando a ocasionar grandes destrozos en ocasiones. Causa graves trastornos en la vida familiar en aquellas casas que habita, molestando al ganado, dando voces, tirando cosas al suelo o cambiándolas de sitio, sacando la ropa de los cajones, impidiendo que las personas duerman por las noches, etc. Su lugar preferido es el llar o llariega (el sitio donde se hace el fuego y se cocina). Si se le trata bien, y siempre y cuando esté de buen humor, el trasgu puede hacer las tareas pendientes que los humanos no pudieron acabar, como barrer, poner las cosas en un sitio y limpiar las casas, haciéndolo siempre por la noche. Sin embargo, si se le hace enfadar, es tal la molestia que provoca que a veces las familias tienen que mudarse. No obstante, es sumamente difícil deshacerse de él, acompañando normalmente a la familia en la mudanza y anunciándose diciendo "yo también ando de casa mudada".
Hay varias maneras de librarse de él: una es encargarle que traiga agua en una cesta, y al no poder hacerlo se marcha avergonzado. Otras maneras de deshacerse del trasgu es dejándole un puñado de grano en el suelo (y como no los puede coger porque se le escapa por el agujero de la mano se enfada y se va), extendiendo por el suelo linaza o mijo y pedir que lo recoja (siendo otra tarea imposible para él) o pedirle que blanquee el pellejo de un carnero negro. Como el resto de seres mitológicos, tiene aversión a los símbolos católicos. El mito del trasgu está emparentado con otros mitos de duendes comunes en toda Europa y el resto del mundo.
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