Demo (Asturiana)
También llamado Satanás, Lucifer, Belcebú, El Maligno, El Oscuro, etc., y llevado a Asturias en la Edad Media por la Iglesia católica (en un intento no conseguido de desterrar el resto de creencias paganas), se trata de la encarnación del mal y enemigo de la raza humana, a la que siempre intenta atraer sobre ella todas las desgracias y males de que dispone con sus poderes infernales y sus legiones de demonios. Se le supone sabedor de los conocimientos ocultos de la naturaleza tanto de animales como de minerales y plantas, así como de la capacidad de levantar enormes construcciones (puentes y similares) en una sola noche, así como la causa de la mayoría de males acaecidos en pueblos y aldeas. No obstante, la tradición lo retrata como un ser de amplios conocimientos pero fácil de engañar gracias a la astucia (similar al Basajaun vasco), en especial a la hora de adquirir conocimientos o cuando este pide pactar a cambio del alma de quien negocia con él, evitando de esa forma que el Demo se apropie de dicha alma.
Una de dichas fábulas relata que en Grandas de Salime un hombre se presentó en una cueva donde habitaba Demo, alardeando de que en el pueblo se había inventado la sierra, a lo que Demo contestó: "Eso es que visteis la hoja del castaño". El hombre contestó diciendo: "No la vimos, pero ya la veremos", yendo con rapidez a ver dichas hojas dentadas y convirtiéndose en el primer herrero al sonsacarle también el conocimiento para forjar el hierro y soldarlo, o que en San Tirso de Abres se dice que el Demo se encuentra con varios hombres que estaban aserrando un árbol, y que para facilitar la tarea va torciendo los dientes de la sierra, de manera que consiguen serrar mucho mejor. Debido a su naturaleza religiosa, el Demo (o El Diañu) no se relaciona con el resto de seres mitológicos como el trasgu o la xana (etc.), ya que todos ellos tienen una aversión natural hacia la religión y cuanto esté relacionado con el Cristianismo.
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