El nombre secreto del dios Ra (Egipcia)
El
objetivo de Isis era descubrir el nombre secreto del dios Sol, para que ella y
su hijo Horus adquiriesen dignidad divina y así acceder a la cúspide del
panteón egipcio.
El
Sol viajaba en su «barca de millones de años» y, en cierta ocasión, al bostezar
antes de dormir, se le cayó la saliva al suelo e Isis la aprovechó, mezclándola
con la tierra, para crear una serpiente venenosa. La puso en un camino por el
que el Sol pasaba todos los días en su deambular por Egipto. La serpiente
mordió al Sol, éste enfermó y atónito comprobó que había sido mordido por una
criatura que no había sido creada por él.
Todos
los dioses temieron por la posible pérdida de la fuente de la vida hasta que
apareció Isis, ofreciendo su magia a cambio del nombre secreto del Sol. Pese a
las primeras reticencias, el dolor corroe al Sol y finalmente cede a condición
de que ni ella ni su hijo se lo digan nunca a nadie. El azar ha querido que el
nombre del Sol no se sepa jamás pues se omite el papiro en que se narra esta
historia.
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