Árboles Sagrados (Asturiana)
Siendo una cultura profundamente enraizada con la tierra y los elementos, y pese a no ser deidades en un sentido estrictamente antropomórfico como Zeus u Odín, los celtas (y por ende los astures primigenios) desarrollaron una cultura entera en torno a los árboles sagrados, que jugaron un papel fundamental en los funerales. Siendo también considerados como símbolo de inmortalidad debido a su enorme longevidad, se venera especialmente a un árbol por encima de todos los demás (como por ejemplo el carbayu), y que con el tiempo se convierte en un emblema de la propia Asturias: el texu, del que se creía que sus enormes raíces se encargaban de proteger a los muertos en el Más Allá, convirtiendo los sitios donde se encontraban los texus en lugares sagrados para los astures. Posteriormente el Catolicismo medieval introdujo a los texus dentro de su propia cultura, edificando las iglesias y capillas en los distintos pueblos y aldeas al lado de éstos, como símbolo de unión con la tierra y de la resurrección en el Juicio Final. Uno de estos texus se encuentra en el pueblo de Bermiego (concejo de Quirós), conocido precisamente como Tejo de Bermiego y considerado uno de los más longevos de Europa con una edad estimada de unos 2000 años. Otros árboles adorados en épocas remotas eran: haya, abedul, fresno, encina, avellano, sauce, olivo, nogal, saúco, manzano, abeto, acebo, avellano y castaño.
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