Antígona (Griega
Antígona
era hija de Edipo, rey de Tebas, y de su mujer y madre Yocasta. El dramaturgo
griego Sófocles reflejó la historia en sus obras Edipo rey y Antígona.
Cuando
Edipo se dio cuenta de que había matado a su padre accidentalmente y se había
casado con su madre, se sacó los ojos. Fue expulsado de Tebas, mientras que
Yocasta se suicidó. El tío de Edipo, Creón, pasó a detentar el poder en Tebas,
si bien poco después los hermanos de Antígona, Eteocles y Polinices, se
hicieron con el poder. Mientras tanto, Antígona acompañó a Edipo en su
destierro por Grecia como un penitente ciego. Finalmente, el rey Teseo de
Atenas le concedió asilo y protección y fue allí donde encontró la tranquilidad
que buscaba para poder morir en paz. Pero antes de que esto ocurriese, su
segunda hija, Ismene, llegó con la noticia de que Eteocles había expulsado a
Polinices para convertirse en único rey de Tebas. Tenía el apoyo de Creón, que
incluso dirigió a su ejército hasta Atenas para capturar a Antígona e Ismene.
Después de la intervención de Teseo, Creón cambió de opinión y las dos hermanas
regresaron a Tebas voluntariamente.
En
aquel momento, Polinices y sus seguidores habían iniciado una batalla contra su
propia ciudad, muriendo poco después en un duelo con Eteocles, que también
perdió la vida. Creón recuperó el poder y enterró a Eteocles con honores de
rey, olvidándose de Polinices y dejándole a las afueras de la ciudad, toda una
humillación para cualquier griego. Incluso prohibió que se le enterrase bajo
pena de muerte, pero Antígona desafió al rey y arrojó tres puñados de tierra
sobre su cadáver de manera simbólica. Entonces Creón la hizo arrestar y la
condenó a muerte, aunque para evitar ser acusado de provocar la muerte de un
pariente ordenó que se la encerrase en una cueva con comida y bebida.
Poco
después, el profeta ciego Tiresias le pidió a Creón que enterrase a Polinices y
liberase a Antígona, y el rey, atemorizado por las palabras del profeta, siguió
su consejo. Al descubrir la cueva vieron que se había ahorcado, lo que provocó
el suicidio de la mujer de Creón y de su hijo Hemón que prometido en matrimonio
a Antígona, había suplicado a su padre por su liberación.
Existen
diversas versiones de este mito y en todas ellas se describe a Antígona como
una mujer valiente con una moral muy recta, dentro de una familia marcada por
la tragedia. La fascinación por este tema, desarrollada con brillantez por
Sófocles sobre el 440 a.C, nunca ha remitido. Se trata de un drama interpretado
de diversas formas, siendo una de las más conocidas la del dramaturgo francés
Jean Anouilh (1910-1987) en la obra titulada Antígona.
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